Desde hoy, en Greenyway nos declaramos fans de Biocoop, una cadena francesa de supermercados que ha tomado una decisión sin precedentes: dejar de vender agua en botellas de plástico. La marca, que tiene 4.500 empleados y 431 tiendas distribuidas por toda Francia, invita ahora a consumir agua del grifo, eso sí, con sistemas de filtración.

El agua embotellada en plástico va en contra de los valores de la compañía porque contamina y porque forma parte de una industria perjudicial para el medio ambiente. Esas botellas, además de estar fabricadas con un material no biodegradable (plástico) y que, por tanto, tarda muchísimos años en desaparecer, necesitan ser transportadas en camiones generando, de este modo, un gasto importante en combustibles fósiles que representan un veneno para la ecología. Aunque existen algunas marcas de agua embotellada que han optado por el tren para reducir esa contaminación, son una minoría. Biocoop está apostando por el uso de barcos de vela para transportar otros productos y es que la cadena de supermercados que protagoniza el post de hoy lleva años demostrando sus principios ecológicos con medidas pioneras y sorprendentes que tienen como principal objetivo el cuidado del planeta donde vivimos.

En 2015, Biocoop inauguró el primer supermercado ecológico 100% libre de envases.

Imagen: Biocoop.fr

Imagen: Biocoop.fr

Imagen: Agathe Vives en Biocoop Lourdes

 

El concepto era tan sencillo como práctico y respetuoso con el medio ambiente: un supermercado de barrio que solo vendía productos ecológicos a granel. De esta forma, los usuarios acudían al mismo con sus recipientes reutilizables y los llenaban de los productos que deseaban consumir. Una iniciativa que, además de reducir el precio final de la cesta de la compra, facilitaba la limitación del consumo excesivo.

Si alguien olvidaba llevar sus propios envases, aquella tienda de barrio ponía a su disposición botes de cristal, bolsas de papel o algodón y botellas de vidrio. Solo en el caso de los jabones líquidos para fregar los platos o los líquidos limpiadores denominados 'multiusos', los clientes se veían obligados a comprar los frascos 'impuestos' por el establecimiento ya que, por ley, este tipo de productos deben llevar etiquetas que indiquen su contenido y detallen una serie de normas de seguridad.

La apuesta de Biocoop por lo reutilizable iba mucho más allá de los productos que vendía. Sus muebles fueron fabricados con materiales reciclados, sus frigoríficos se alimentaban de CO2 e incluso, la iluminación era provista por una compañía de energía renovable. ¡Todo un ejemplo de negocio saludable y 100% respetuoso con el medio ambiente!

Lo del supermercado 100% libre de envases fue un proyecto piloto que solo funcionó durante dos meses en París, en un local de 65 metros cuadrados, cedido por el Ayuntamiento, que albergaba un total de 200 productos. La idea era que, transcurrido ese tiempo, aquel establecimiento cerrase sus puertas y que, a partir de entonces, Biocoop aplicase la filosofía testada en todas sus tiendas. Algo que, de momento, ha hecho solo a medias. Si bien es cierto que es la cadena de supermercados más respetuosa con el medio ambiente, no todos los productos que ofrece a sus clientes se venden a granel pero, eso sí, apuesta mucho por el consumo de ingredientes locales, no vende envases de plástico y cuida de igual modo a los productores y a los consumidores. Ojo, que no es poco.