En la actualidad estamos asistiendo a un intenso debate sobre el (ab)uso de las bolsas de plástico, no vamos a negar la comodidad de la bolsa de plástico, que es ligera, resistente, "barata" y muy práctica. Pero es el uso irracional de estas y el impacto en nuestro entorno lo que nos preocupa, no solo a nosotros, si no afortunadamente, también a las autoridades de los principales países desarrollados del mundo, de hecho hemos asistido a la implantación de tasas directas sobre las bolsas de plástico con el fin de la desincentivar su uso, incluso ciudades como San Francisco, directamente han prohibido su uso. Con el poco popular gesto de cobrar las bolsas al consumidor, se espera que se reduzca el consumo irracional de este aparentemente inofensivo producto, pero que por sus características y su elevado volumen que tiene un alto impacto en nuestros ecosistemas.

Unos renglones atrás, calificaba las bolsas de plástico como "baratas", antes de nada decir que con el petróleo consumido en producir 14 bolsas de plástico, podrías mover tu pesado coche durante más de un kilómetro, es decir, no son tan baratas, pero a ojos del consumidor era un recurso gratuito, pues no se le cobraba por acceder a él. Esto nos lleva a ver cifras como que se desechan 380 mil millones de bolsas de plástico sólamente en Estados Unidos... mareante verdad? Pero aún hay más, no hemos hablado de los costes externos que no se asumen directamente por el productor o por el consumidor, si no que son soportamos por toda la sociedad en general, y por nadie en particular, me refiero al impacto en el medio ambiente... pero de esta historia, hablarémos en otro momento.